DIA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

El 25 de noviembre nos recuerda la urgencia de eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres. Pero dentro de esta realidad, hay un colectivo que a menudo queda invisibilizado: las mujeres con diversidad funcional. Ellas pueden sufrir una doble discriminación – por ser mujeres y por tener diversidad funcional – que las expone a más situaciones de riesgo y a menos posibilidades de defensa.

Los datos son contundentes: las mujeres con diversidad funcional tienen más probabilidades de sufrir violencia física, psicológica, económica e incluso institucional. A menudo dependen de otras personas para tareas cotidianas, y esta dependencia puede convertirse en un mecanismo de control. Su entorno – familia, pareja, profesionales o cuidadores – puede ser al mismo tiempo su apoyo, y tristemente, su punto de vulnerabilidad. 
Esta violencia también puede adoptar formas menos visibles:
   – Negar información o derechos.
   – Controlar el acceso a medicación o dispositivos de apoyo.
   – Infantilizarlas y eliminar su autonomía. 
   – No creerlas o minimizar su relato cuando denuncian.
Los centros de trabajo son espacios clave para detectar, prevenir y actuar. En Can Cet entendemos que la violencia puede adoptar muchas formas, y que las mujeres con diversidad funcional a menudo se encuentra situaciones de vulnerabilidad añadida. Por esto mismo, impulsamos acciones concretas para prevenir, detectar y actuar delante de cualquier indicio de violencia. Algunas acciones imprescindibles:
   – Protocolos inclusivos adaptados que tienen en cuenta las realidades específicas de cada persona, incluyendo las diferentes tipologías de diversidad funcional. 
   – Promovemos la formación continua de nuestro equipo para que todo el personal conozca las formas de violencia más frecuentes, sepa detectar las señales de alerta i actúe de manera adecuada, respetuosa i confidencial. 
   – Nos aseguramos que la información relacionada con derechos, soporte y recursos sea accesible para todos: lectura fácil, lenguaje claro y materiales adaptados cuando es necesario. Creemos que entender es un derecho.
   – Trabajamos para crear un espacio laboral libre de discriminaciones, donde las mujeres puedan expresarse sin miedo y confiar en el equipo profesional. La seguridad emocional y el respeto son valores fundamentales de nuestro modelo de trabajo inclusivo. 
   – Fomentamos la confianza y la escucha, ofreciendo soporte psicológico, social y emocional cuando es necesario. Tenemos mecanismos para vehicular cualquier consulta, situación de riesgo o demanda de ayuda, asegurando confidencialidad y proximidad. 
La inclusión no se limita a facilitar un espacio laboral accesible; también implica asegurar que todas las personas puedan vivir libres de violencia.
Hablar de violencia contra las mujeres es imprescindible. Hablar de violencia contra las mujeres con diversidad funcional es también una responsabilidad. Solo si reconocemos esta doble vulnerabilidad podemos empezar a transformarla en fuerza, autonomía y derechos. 
 

Este 25N, hagamos visible lo que muchas veces queda oculto. Defendamos un futuro sin violencia para todas.